Un chatbot GPT (Generative Pretrained Transformer) es un programa que utiliza un modelo de lenguaje inspirado en el lenguaje humano, basado en datos obtenidos de internet, para generar respuestas a preguntas proporcionadas por el usuario. El primer GPT exitoso fue lanzado en 2022 por OpenAI y hoy en día es el producto estrella de la tecnología digital. La empresa anuncia para este año la aparición del GPT-5, que según su CEO, Sam Altman, se acerca a la AGI (Artificial General Intelligence). Una AGI sería una computadora que supera la inteligencia humana.
La forma de acceder al GPT es a través de un chatbot que funciona algorítmicamente. La definición de algoritmo es: “un conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución a un problema”. Estas operaciones se realizan escaneando la data disponible por medio de tokens que, en un ida y vuelta de verificación, van logrando dar con la continuación de una palabra y de una frase.
Si bien los que promocionan la IA y los que escriben sobre ella sin conocerla, suelen decir que el chatbot GPT entiende lo que dice el usuario, lo cierto es que ninguna IA entiende. El ChatGPT de OpenAI, así como el Gemini de Google, tienden a dar respuestas precisas gracias a que están alimentados con muchísima data obtenida de internet, en forma de tokens (una palabra larga contiene varios tokens). El algoritmo va suponiendo cuál es la mejor respuesta en base a los tokens del prompt del usuario y los tokens con los que se alimenta el sistema. El bot puede dar respuestas largas y hasta escribir artículos periodísticos, gracias a su gran capacidad de procesamiento.
Como ya sabemos, uno de los grandes problemas de esta tecnología es su tendencia a “alucinar”. Esta es la definición que usamos para cuando un bot inventa o da respuestas falsas. Este bache es lo que están tratando de solucionar los ingenieros más capacitados del mundo. Según Gary Marcus, nunca lo van a lograr. Según Elon Musk, se va a lograr el año que viene.
Los grandes modelos de lenguaje están construidos en base a cientos de miles de millones de tokens. Esto significa que requieren una gran capacidad computacional y un gran consumo de energía. Y esto a su vez implica que sólo pueden construir un GPT competitivo las empresas que cuentan con inversiones de cientos o miles de millones de dólares. En pocas palabras, sólo las 7 Magníficas (Google, Microsoft, Meta, Amazon, Apple, OpenAI, Nvidia) pueden hacerlo.
Tanto OpenAI como Meta, Google y Amazon ya cuentan con plataformas donde es posible construir aplicaciones en base a esta tecnología, también conocida como LLM (Large Language Models). En OpenAI cualquier usuario registrado (la mensualidad mínima es de US$20) puede construir su propia aplicación y contar con un chatbot de inteligencia artificial. También puede hacerse en las plataformas de Meta, Amazon y Google.
¿Para qué se usa un chatbot de IA?
Character.ai es un sitio donde puedes crear un bot que represente a un personaje, ya sea conocido o inventado y agregarlo a la lista de miles de personajes ya existentes. Como usuario puedes chatear con Einstein, Marilyn Monroe, Eminem, Taylor Swift y muchas otras celebridades. Se puede acceder libremente y es realmente impactante el diálogo que se desarrolla con el bot. La aplicación ha logrado 10 millones de descargas en menos de un año de existencia. Ya existen miles de adictos a Character.ai. Y también ya se ha denunciado la existencia de bots maliciosos, especialmente pornográficos. Y, por supuesto, ya apareció aicupid.org, dedicada exclusivamente al chat erótico. En Aicupid hasta puedes crear tu propia novia y conversar con ella.
Bill Gates quiere desarrollar los bots hasta convertirlos en asistentes personales. Zuckerberg cree que pueden ser personajes en sus redes sociales. Pero los chatbots originalmente surgen como una forma de agilizar la atención al consumidor.
Los bots creados antes de la aparición de los LLM se alimentan de listas. Por ejemplo, listas de preguntas frecuentes o listas de productos. El usuario hace una consulta relacionada con alguna consulta frecuente y obtiene una respuesta predeterminada. Cualquier consulta más compleja debe ser derivada a un agente humano.
Ahora el chatbot de IA escanea toda la data disponible y arma una respuesta. Y tiene la capacidad de armar un discurso similar al humano. Esta evolución en chatbots implica abrir un abanico de posibilidades y aumentar la productividad. Los bots más sofisticados pueden responder preguntas, derivar, sugerir soluciones y hasta realizar operaciones.
Desde la publicidad y el marketing, hasta el e-commerce y servicios postventa, los chatbots de GPT pueden ser de gran utilidad. Al pensar en la contratación de un bot de inteligencia artificial, se debe tener en cuenta que habrá que pagar por el consumo de tokens. Y, por otro lado, si bien esta tecnología tiende a desplazar al agente humano, lo cierto es que no es infalible y algunos errores pueden costar caros. Por tanto, siempre será necesario contar con la interacción de agentes humanos. Más que ver la IA como una forma de suplantar trabajo humano y bajar costos, conviene verlo como una forma de aumentar la productividad humana y aumentar beneficios.