Aprovechando su estabilidad y el hecho de que se trata del país con más tratados de libre comercio del mundo, las gigantes tecnológicas eligen Chile para instalar sus centros de datos en América del Sur.
El presidente chileno Gabriel Boric, que anunció en abril la próxima construcción de gran cantidad de centros de datos, aseguró que se establecerá un plan para regular esta industria y que los centros serán “ambientalmente responsables”. Sin embargo, no son pocos los que dudan de esta aseveración y recuerdan que el país sufre ya desde hace años de una inquietante sequía.
Dentro de una investigación publicada por restofworld.org, Claudia Urquieta y Daniela Dib entrevistaron a Rodrigo Vallejos, quien ha estado observando el centro instalado por Microsoft en 2022 en el área metropolitana de Santiago. Vallejos ha estado exigiendo al gobierno que haya compensaciones y transparencia en torno al consumo de agua y energía de cada centro, entre otras demandas.
Según declaró el presidente Boric, existen 22 centros de datos en el país, 16 de los cuales están ubicados en el área metropolitana de Santiago, donde la provisión de agua es cada vez más escasa. El río principal que cruza la ciudad, el Mapocho, es actualmente un hilo de agua que transcurre entre las piedras.
Las periodistas de Rest of World hablaron con residentes locales, expertos ambientales y tres grupos ambientalistas que se enfrentan a las gigantes tecnológicas estadounidenses, en un intento de impedir la construcción de nuevos centros y exigir mayor responsabilidad a las empresas extranjeras.
El último foco de resistencia es el centro de datos que pretende construir Amazon en el distrito industrial de Huechuraba, dentro del área metropolitana de la capital. En 2023, luego de que la empresa presentara la documentación ambiental para su segundo centro de datos en Chile, un grupo de personas presentó casi 50 observaciones ante el organismo público encargado: el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). El representante legal de Amazon respondió las observaciones y la situación está siendo estudiada por el gobierno.
En promedio, un pequeño centro de datos que utiliza un sistema de refrigeración regular a base de agua y consume 1 megawatt, requiere de alrededor de 25 millones de litros de agua cada año para evitar que sus computadoras se sobrecalienten. Algunos de los centros de datos más grandes del mundo requieren de más de 100 megawatts para funcionar y consumen 2.500 millones de litros de agua por año (el equivalente al consumo total de agua en Santiago de Chile durante tres días). Chile sufre una sequía que abarca a todo el país desde 2010.
Según Vicente Bardales, miembro de Resistencia Ambiental Quilicura, las empresas secan el territorio y no devuelven nada a la población. Quilicura, zona de Santiago que alberga población de clase media y varias industrias, alberga también el centro de datos de Google y en los próximos dos años agregaría un centro de datos de Microsoft.
Google abrió el primer centro latinoamericano en Chile en 2015. “El país tiene la combinación ideal de infraestructura confiable, personal bien capacitado y el compromiso con una regulación transparente y favorable para las empresas”, según explica Google en su sitio web.
Investments and Services Dataluna Limited es la empresa que brinda apoyo a Google para administrar la instalación de sus centros de tecnología. En su declaración sobre las condiciones ambientales del proyecto en el año 2014, la entidad asegura que “Quilicura proporciona un buen acceso a las redes viales, así como a agua y electricidad”. Según documentación oficial a la que accedió restofworld.org este centro de datos fue autorizado a extraer 50 litros de agua por segundo, lo que representa 1.500 millones de litros de agua por año.
En 2019 Google anunció su intención de construir su segundo centro de datos en Santiago. Según Tania Rodríguez, de la ONG Mosacat, este nuevo centro consumiría el doble de agua que el anterior. En 2020, según documentos oficiales del SEIA, el segundo centro de datos de Google fue autorizado a extraer 228 litros de agua por segundo, que representa más de 7.000 millones de litros por año, lo que consume toda la población de Santiago, de más de 5 millones de habitantes, en una semana.
Debido a las acciones llevadas a cabo por el Mosacat, un tribunal de Santiago dedicado a casos ambientales decidió suspender el proyecto a principios de 2024 y pidió a Google que reevalúe su impacto ambiental.
En 2020 Microsoft anunció su plan de construir un centro de datos con una inversión de US$137 millones. Vallejos y otros activistas presentaron varias solicitudes preguntando a la empresa cómo afectaría el centro a una de las reservas de agua más grandes de la región. El pedido de información fue uno de los 118 que se presentaron ante el SEIA. Según Vallejos, Microsoft declaró que contaría con un sistema de refrigeración que eliminaría la necesidad de utilizar agua durante al menos la mitad del año. Sin embargo, en documentos presentados ante la SEIA por Microsoft, no se habla de esta opción.
A principios de 2023 el gobierno concedió el permiso y el centro de Microsoft se encuentra en construcción, estaría finalizado para 2026. Ni Microsoft ni Google respondieron a las consultas de restofworld.org. Un vocero de AWS respondió que la empresa cumple con todos los requisitos de la Declaración de Impacto Ambiental (una declaración que se les exige a las empresas), para sus centros de data en Padre Hurtado y Huechuraba. Según el vocero, la empresa se compromete a devolver más agua de la que utiliza en sus operaciones para 2030.