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La importancia de ser un creador de contenidos

By Yuri Doudchitzky - Autor invitado

Las tres aplicaciones más usadas en el día a día en todo el mundo (excepto China) tienen algo en común: no podrían existir sin los creadores de contenido. Youtube, Instagram y Tiktok –que recientemente pasó a ser la más visitada de todas las aplicaciones existentes- basan sus modelos de negocios en la oferta constante de nuevo contenido que puede ser aportado por cualquier persona con un dispositivo digital y en forma gratuita. Ya sea texto, imagen fija, sonido o video. A estas personas se las llama creadores de contenido.

El contenido es la materia prima de estas tres empresas que se encuentran entre las más rentables del mundo y también de decenas de otras plataformas menos conocidas. Y tanto la materia prima como la mano de obra es en este caso gratis, lo que representa una gran ventaja respecto a las empresas del mundo “real”. Y esto en parte explica sus astronómicos beneficios. 

Los creadores de contenido existen desde hace más o menos una década –cuando Youtube decidió llamarlos “content creators”-, sin embargo esta profesión no ha sido tomada en cuenta hasta que las restricciones impuestas por los gobiernos para combatir el covid19 hicieron que mucha gente empezara a trabajar desde casa y también que muchos otros se quedaran sin trabajo y, además, que muchísima gente más no hiciera otra cosa que ver el mundo a través de una pantalla. Esto provocó un boom de creadores.

A esto hay que sumar la aparición del metaverso. Fue el mismo Zuckerberg quien enfatizó la importancia de los creadores al anunciar su apuesta por el metaverso. Y es que si se trata de construir una especie de mundo paralelo –o gemelo digital- es necesario crearlo todo. De alguna manera podría decirse que los creadores de contenidos serán pequeñas partes de un dios. Desde los primeros edificios de una ciudad hasta los mínimos detalles deberán ser creados.     

 

Pero sin aventurarnos en el futuro (según Zuckerberg estamos a una década de distancia del metaverso) hoy en día el creador de contenido forma parte importante de la fuerza laboral mundial. Se calcula que hay actualmente cincuenta millones de creadores. Desde aquel que escribe un blog, fotógrafos, ilustradores, músicos y dentro del mundo del video: artistas de todo tipo, profesores virtuales de todo tipo, gente experimentada que enseña cualquier tipo de actividad. Según Bloomberg la industria de los creadores de contenido representa actualmente 20.000 millones de dólares anuales.

Se empieza a hablar de la “economía de los creadores”. Dentro de esta economía podemos hablar de una casta superior, que son los “influencers”. Estas son personas que lograron “pegarla” con un video o una serie de videos y a partir de allí construyen una carrera profesional. Y entre ellos hay desde gente que hace limpieza -y que ha pasado en poco tiempo desde la más baja categoría laboral a ser estrellas con seguidores y fans- hasta actores y científicos. 

Cincuenta años atrás los niños soñaban con ser astronautas o bomberos. Veinte años atrás querían ser emprendedores o jugadores de fútbol. Hoy quieren ser influencers. Por supuesto, al igual que muchas otras profesiones, la de influencer exige trabajo y sacrificio.  Joshua Holmes, un Tiktoker con un millón y medio de seguidores, dijo en un reciente video:

“no pasa un segundo en el que no esté pensando en crear contenido. No disfruto los atardeceres ni paso un genuino momento con mis amigos sin pensar ¿podemos hacerlo de nuevo? No estaba grabando”. Holmes explica que pasó al menos un año y medio hasta que empezó a ganar dinero. “

¿Realmente escogí la libertad o se trata de otra forma un poco más creativa de jaula? Probablemente se trate de una jaula un poco mejor que la anterior”.

Para ser influencer ni siquiera hay que ser mayor de edad. Hay niños influencers de 10 años cuyos padres ganan millones de dólares por año gracias a la explotación infantil. Pero no todo lo que brilla es oro. No son pocos los y las influencers que han manifestado crisis existenciales. Problemas de ansiedad, soledad o agotamiento mental.  

Según un estudio del influencermarketinghub.com, la industria del influencer generó cerca de 14.000 millones de dólares en 2021. Sólo una porción de ese dinero terminó en las manos de los influencers. En 2019 se crearon 240 agencias y plataformas dedicadas la relación entre las agencias de marketing y los influencers.

De los 50 millones de creadores que existen actualmente, casi 47 millones son amateurs. Es decir, no reciben dinero por sus contenidos. De los tres millones restantes sólo un pequeño porcentaje llegan a ser influencers. Otros, con 100.000 o más suscriptores (o seguidores) logran tan solo un pequeño beneficio económico mensual. 

Las ganancias de los creadores de contenido provienen principalmente de la publicidad. Cuanto más seguidores más publicidad direccionan las plataformas hacia sus contenidos. Pero también hay varias otras formas de hacer dinero para un creador. Suscripciones, sponsors, propinas, exhibiendo productos dentro del contenido, o vendiendo mercancía con su imagen a los fans, son algunas de ellas.

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Por ejemplo en el caso de Youtube, un creador puede llegar a ser parte del Youtube Partner Program y poner avisos en sus videos. Para eso hay que seguir la política de monetización de Youtube que implica tener más de 4.000 horas de vistas en la plataforma en el último año y más de 1.000 suscriptores. Youtube se queda con el 55% de lo obtenido por la publicidad y el resto queda para el creador.

En promedio un youtuber recibe entre 0,5 y 6 dólares por cada 1.000 vistas, dependiendo de su ubicación y el target de su público. Es necesario lograr cientos de miles de vistas semanales para alcanzar un ingreso mínimo de un país desarrollado. Y el creador sólo gana dinero si el consumidor ve completa la publicidad. En caso de que el consumidor haga click en Skip Ad, ese aviso no cuenta.

El video es el medio preferido tanto por los creadores como por los consumidores, tanto en Tiktok como en Youtube, las dos platafomas líderes. Sin embargo en los últimos meses asistimos a un auge de los podcasts. Spotify, la mayor plataforma musical, se convirtió también en líder en podcasts. De hecho, la empresa contrató recientemente al podcaster más escuchado de Estados Unidos, Joe Rogan, por 100 millones de dólares. Los músicos Neil Young y Joni Mitchell, con más de cuarenta años de trayectoria musical y una posición política progresista, decidieron abandonar Spotify como respuesta a los comentarios racistas y sexistas de Rogan, quien además es un defensor de la libertad individual frente a las restricciones gubernamentales impuestas para combatir el covid19.

Por último tenemos a los escritores. La plataforma líder para escritores en inglés es Substack, donde un escritor puede crear un blog o newsletter y cobrar por suscripciones (Substack se queda con el 10%). Gran cantidad de  escritores y periodistas (muchas veces expulsados de los medios donde escribían por no respetar las reglas de la dirección) recurren a Substack, que publica una lista con los 25 blogs más leídos. El número uno de la lista es Dispatch, una revista políticamente conservadora donde escriben varios periodistas y aparentemente tiene cientos de miles de suscriptores que pagan 10 dólares mensuales. Se calcula que tiene ingresos por cerca de US$1 millón por mes. En el puesto número 13 está The Pomp Letter, que podría llegar a facturar US$1 millón anual.

Hay también varias plataformas de blogs en español, pero las cifras que se manejan en este caso son muy inferiores.

En un mundo que se proyecta con desempleo creciente como consecuencia del aumento de la automatización y donde nuevas tecnologías cada vez más capaces de hipnotizar y maravillar a los humanos, serán utilizadas para mantener la atención constante del consumidor en el mundo virtual, es de esperar que haya cada vez más “creadores de contenidos”. 

Tal vez algún día todos seamos creadores de contenidos. Yo ya lo soy.

Etiquetas: Redes Sociales, content creators