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El insostenible consumo eléctrico de las criptomonedas

By Yuri Doudchitzky - Autor invitado

Un reciente artículo de  Bloomberg empieza diciendo: “Nadie debería sorprenderse de la creciente frustración relativa a los costos energéticos resultados de las transacciones en criptomonedas”. 

En un momento en que China, India, Irán, Turquía, Estados Unidos –entre otros países- sufren cortes de energía, el futuro promisorio de las criptomonedas comienza a ponerse en  duda.

El pasado 24 de septiembre, el gobierno chino decretó la ilegalidad de cualquier tipo de transacción en criptomonedas.  Hasta entonces más de la mitad de la criptominería mundial se realizaba en este país, que además de ser la segunda economía mundial tiene la electricidad subvencionada. Pero una serie de cortes de energía principalmente en las provincias del norte, llevó al gobierno del Partido Comunista a tomar rápidamente esta drástica decisión.

La escasez de energía eléctrica que se siente actualmente en varios países no es producto exclusivo de las transacciones de criptomonedas, conocidas como “crypto mining” o minería de criptomonedas. Es producto de una serie de factores. Entre ellos, problemas en la cadena de suministros resultantes de las restricciones impuestas por la pandemia y el cambio climático –altas temperaturas, incendios, sequías, inundaciones. En el caso de China, se suman a estas dificultades un conflicto político con Australia, su principal proveedor de carbón. El 60% de la energía eléctrica china se obtiene a partir del carbón.

En el caso de Irán, el gobierno había adoptado las criptomonedas como una forma de contrarrestar el embargo internacional impuesto por Estados Unidos. Sin embargo, una serie de cortes de energía prolongados llevaron a protestas masivas que no se habían visto en muchos años y que fueron fuertemente reprimidas. Una de las medidas que se tomaron para evitar mayores conflictos fue determinar la ilegalidad de la minería de criptomonedas, que estaba en gran crecimiento debido a que la energía eléctrica también está subsidiada en Irán.

Muchos de los critptomineros que estaban ubicados en China se mudaron a países de Asia Central y Rusia. Kirguistán –antiguo miembro de la URSS- acaba de aumentar el valor de la electricidad para todas las operaciones mineras y criptomineras. El ministro de energía de Rusia dijo el pasado 14 de octubre que el actual precio de la energía eléctrica es inaceptablemente bajo y aseguró que la criptominería deberá pagar más. El presidente Putin se ha manifestado contrario a las criptomonedas, a las que define como herramientas para el lavado de dinero.

De hecho, se especula con que la mitad de los Bitcoins representan dinero obtenido por actividades ilegales. Y actualmente hay más de 1.600 criptomonedas circulando en el mundo. Y más de un millón de criptomineros.

El pasado 13 de octubre el gobernador del Banco de Inglaterra, Jon Cunliffe, comentó que el colapso de las criptomonedas es una posibilidad que hay que tomar en cuenta. Instó a tomar medidas urgentes para regular el mercado, asegurando que por ahora no representan un peligro para la estabilidad de la economía inglesa, pero que pronto la situación podría cambiar. 

En Latinoamérica, Argentina está siendo el país preferido por aquellos que se dedican a la minería de criptomonedas, debido a la devaluación del peso y a que también tienen la energía eléctrica subsidiada.

Desde que China decretó la actividad ilegal,  el país con más criptomineros del mundo es Estados Unidos. Más específicamente Texas, el estado con la electricidad más barata. Este verano la costa oeste de Estados Unidos sufrió la mayor cantidad de incendios y una de las mayores sequías de su historia. La más grande empresa de criptominería se llama Whinstone y está ubicada en la localidad de Rockdale, al sur de Dallas. Ocupa una superficie similar a tres estadios de fútbol y alberga 115.000 computadoras. La energía que consume Whinstone equivale al consumo de 150.000 hogares norteamericanos. Y el consumo total de energía resultante de la criptominería mundial es comparable a toda la electricidad consumida por Pakistán, un país no muy desarrollado pero que cuenta con 200 millones de habitantes.

Actualmente hay en Texas más de 70 empresas de criptominería y en ese Estado no sólo hubo cortes de luz en verano, también los hubo el pasado invierno. Chad Harris, CEO de Whinstone dijo en una reciente entrevista que “este negocio está en pañales, estamos recién empezando”. Whinstone está construyendo varios galpones más para duplicar la cantidad de computadoras.

Turquía era otro de los países que estaba en el podio de la actividad criptominera. El país pasa por una prolongada crisis económica que ha derivado en una fuerte devaluación de su moneda, lo que a su vez llevó a un aumento de la actividad criptominera. En el mes de abril el gobierno decretó la ilegalidad de esta actividad.

La criptomoneda (el Bitcoin fue la primera, creada por no se sabe quién), a diferencia del dólar no es validada por ningún banco central (excepto en El Salvador y Cuba, no precisamente dos casos de éxito), es una moneda virtual independiente del sistema financiero internacional. 

Para validar las transacciones en criptomonedas es necesario realizar una serie de cálculos matemáticos sumamente complejos que sólo pueden ser realizados por computadoras especialmente preparadas para tal fin. Es como resolver un gigantesco rompecabezas. Aquél que logra resolverlo es recompensado con nuevas criptomonedas. Pero cuantos más mineros hay involucrados en la resolución, más complejo se vuelve el rompecabezas. Por lo tanto requiere mayor capacidad tecnológica y mayor consumo de energía. Es por eso que ya no son individuos sino empresas las que se encargan de minar criptomonedas con éxito. Y es por eso que cada vez requieren mayor consumo de energía. Cada vez que es validada una transacción, esta pasa a formar parte de un bloque (block) y se suma a la cadena de bloques (blockchain) que puede ser consultada por todos los que realizan transacciones en esa criptomoneda.

 Según una investigación de Statista -firma especializada en estadísticas- publicada el pasado 11 de octubre, el consumo de energía que requiere una transacción de Bitcoin es comparable al que exigen más de 1 millón de transacciones con la tarjeta Visa.

Willliam Magnuson, profesor de Texas A&M University y autor del libro Blockchain Democracy, dijo recientemente: “creo que la gente no tiene conciencia de la cantidad de energía que están usando los mineros de criptomonedas. Es una industria que consume muchísima energía. Creo que no estamos preparados para esto. Necesitamos un marco regulatorio”.

Etiquetas: Tecnología, columna de opinion, criptomonedas