El ChatGPT, un chatbot basado en el sistema de generación de texto de GPT-3.5, lanzado en noviembre del ano pasado, creado a traves de la potencia de inteligencia artificial, sorprendió hasta a sus mismos creadores. Ya lo usan Microsoft, Saleforce, Instacart, Shopify y Snap, entre otros . Google se vio en la necesidad de apurar el lanzamiento de su propio GPT, el Bard, para no quedar atrás.
Ahora, tan solo unos meses más tarde, OpenAI y Microsoft lanzan al mercado la nueva versión del sistema, el GPT-4.
1. Es multimodal. El más notable avance de este sistema de aprendizaje automático es que es “multimodal”, es decir que entiende más de una modalidad de información. Mientras que las versiones anteriores de GPT eran limitadas a generación de texto, el GPT-4 puede analizar imágenes. Ase puede introducir una imagen y pedirle que la describa. Be My Eyes es una aplicación mediante la cual las personas no videntes pueden introducir una imagen y encontrarán un voluntario que la describa. Ahora ChatGPT se ha convertido en un voluntario, capaz de describir la imagen. Un usuario que está testeando el sistema introdujo una foto del interior de su heladera y le pidió al GPT-4 que le haga una receta con los alimentos que tenía.
2. No se deja engañar tan fácilmente. Aun cuando la versión anterior era
impresionante, lo cierto es que en muchas situaciones las respuestas aportadas por el ChatGPT resultaron ser erróneas, pero sobre todo ante prompts maliciosos tendía a confundirse y dar respuestas extrañas, incomprensibles. El GPT-4 ha sido entrenado sobre miles de prompts maliciosos, lo que hace que sus respuestas sean mucho mejores ahora.
3. Tiene una memoria mas grande. Estos modelos de lenguaje está entrenados en base a millones de sitios web, libros y otros datos, pero cuando están teniendo una conversación con un usuario, el largo de la conversación tiene un límite, que en el GPT-3.5 era de 8.000 palabras, que representan entre cuatro y cinco páginas.
Pasado ese lapso el bot pierde relación con lo que se estaba hablando en un principio. El GPT-4 permite llevar este limite a 64.000 palabras, más de 30 páginas.
4. Permite conversar en más idiomas. Ahora abarca hasta 26 idiomas.
5. Tiene diferentes personalidades. La “manejabilidad” es un concepto que se está desarrollando en los GPTs. Consiste en la capacidad de cambiar la conducta según la demanda. Puede asumir el papel de un oyente comprensivo o puede también ser un personaje mavado. El GPT-4 tiene la capacidad de adecuar el tono y el estilo a las necesidades del usuario. Uno puede pedirle por ejemplo que responda como si fuera el expresidente Trump o el personaje de un videojuego.
Hasta hace pocos años se creía que los robots desplazarían a personas que realizan trabajos manuales, sin embargo a revolución de los GPTs conducirá sobre todo a la desaparición de puestos de trabajo relacionados con actividades creativas como la escritura, la ilustración, el diseño e incluso la creación de código. Sin embargo, como siempre sucede con los adelantes tecnológicos, también creará nuevas oportunidades.
Una oportunidad laboral que está surgiendo con los GPTs es la de “prompt engineer”, que se está traduciendo como “ingeniero de peticiones”. El prompt es el texto que introduce el usuario cuando hace un requerimiento a un GPT.
Para obtener la mejor de las respuestas es necesario hacer una buena pregunta, y una conversación será sin dudas más productiva si el usuario tiene cierto conocimiento sobre el tema que trata o tiene ideas claras sobre cómo acceder a ciertos conocimientos. Aunque en un principio pareciera ser algo intrascendente, el ingeniero de peticiones puede aportar a la mayor productividad de una empresa.
Debido al vertiginoso avance de la inteligencia artificial es imposible predecir qué futuro tiene esta profesión, que debido a su muy reciente creación aún no se enseña en ningún instituto, como por ejemplo sí sucede con la ciencia de datos, otra profesión también muy reciente.
Hasta hace tan solo unos meses una profesión que parecía la profesión del futuro, era la de escribir código. Hasta hace menos de un año, los ingenieros o desarrolladores se permitían elegir dónde trabajar y exigir compensaciones salariales elevadas.
Hoy, el ChatGPT es capaz de escribir código y en poco tiempo más sólo los desarrolladores más talentosos y creativos van a ser requeridos por las empresas y seguirán disfrutando de ingresos elevados.