La industria de las criptomonedas fue una de las principales donantes en la reciente campaña electoral que llevó a Donald Trump de nuevo a la presidencia de Estados Unidos.
Un trío de financistas invirtió us$170 millones para elegir legisladores amigables como Bernie Moreno, un ex vendedor de autos y ex empresario cripto, que ganó en Ohio según informa el Wall Street Journal.
La inversión tuvo un éxito rotundo. Al menos 50 de los 58 candidatos promovidos por los financistas cripto ganaron sus bancas en el parlamento. El entusiasmo también se reflejó en el mercado.
El domingo siguiente a la elección, la cotización del Bitcoin superó por primera vez en la historia los us$80.000. Y una semana después llegó casi a us$90.000. Algo que parecía inconcebible tras el colapso del mercado en 2022, que desencadenó la quiebra de FTX y el encarcelamiento de una de las estrellas del movimiento cripto, Sam Bankman Fried.
Todo tiene un cambio y un por qué.
Ahora los empresarios cripto esperan que Trump y el próximo Congreso cumplan su deseo: reglas que lo traten de manera diferente a Wall Street. Trump ha prometido aliviar la carga regulatoria sobre las criptos y crear una reserva para mantener el suministro de bitcoins del país (algo con lo que no está de acuerdo el actual presidente de la Reserva Federal). El Congreso pronto estará lleno de legisladores que creen que las criptomonedas son una clase de activo único que no debería regularse como las acciones y los bonos.
Eric Trump, uno de los hijos del presidente electo, retuiteó un meme tras la elección con una bandera Bitcoin ondeando sobre la Casa Blanca, lo que simboliza la esperanza que tienen muchos en el mundo cripto. “Hemos dado un giro” aseguró Kristin Smith, directora de Blockchain Association, un grupo de presión de la industria. “Nuestros peores días han quedado atrás y estamos en camino de lograr una política apropiada y duradera”.
Varios ejecutivos cripto saludaron la victoria del vendedor de autos Moreno en las redes sociales. “Ser anti-cripto es sencillamente una mala política”, tuiteó Brian Armstrong, CEO de Coinbase Global. “Como candidato pro innovación y pro negocios, creo que Moreno será el tipo de persona que necesitamos en el Senado”, dijo Garlinghouse, CEO de Ripple Labs, donante de Moreno.
Algunos de los mayores desafíos que los ejecutivos de empresas cripto han identificado son: evitar que la supervisión regulatoria obstaculice su crecimiento, obtener acceso a la banca y estabilizar las criptomonedas vinculadas al dólar.
Ayuda que los principales críticos de las criptomonedas pronto se irán de Washington. Trump reemplazará a uno de sus mayores enemigos, el presidente de la Comisión de Bolsa y Valores, Gary Gensler, quien sostiene que las empresas de criptomonedas deberían seguir las reglas de protección de los inversores de la Comisión.
Ahora que los republicanos están por tomar control del Senado y también van a retener el control de la Cámara, algunas leyes que estaban estancadas pueden tener posibilidades de avanzar, incluso pueden ser reescritas por los nuevos legisladores.
Aun si la industria cripto logra algunas victorias políticas, hay problemas en otros frentes que pueden ser más difíciles de resolver. El sector ha luchado durante mucho tiempo con el acceso a la banca, a veces utilizando intermediarios como solución, debido a la falta de voluntad de los bancos para aceptar clientes cuyos modelos de negocios giran en torno a activos volátiles. El colapso de dos bancos favorables a las criptomonedas el año pasado disminuyó aún más un subconjunto pequeño de empresas dispuestas a operar con criptomonedas.
Encontrar bancos que custodien criptomonedas en lugar de depósitos en dólares, se puso aun más difícil. Y obtener acceso al sistema bancario implicaría la participación de varios reguladores, incluida la Reserva Federal, cuyo liderazgo no cambiará en 2025. Jerome Powell, presidente de la Fed, declaró que no está dispuesto a renunciar ni a ceder a las presiones de Trump.
El Comité Bancario del Senado rechazó en abril un proyecto de ley que hubiera requerido que las monedas estables (un género de criptomonedas vinculadas a monedas tradicionales como el dólar) estuvieran respaldadas por reservas. Las monedas estables son fundamentales para la industria como fuente de liquidez, ya que permite a los comerciantes comprar monedas digitales en bolsas donde no se aceptan monedas fiduciarias. Algunos de los bancos de inversión más importantes como Goldman Sachs manejan criptomonedas desde 2021. Y Morgan Stanley empezó a hacerlo un par de meses antes de las recientes elecciones. Esta vez parece que las criptomonedas llegaron para quedarse y crecer.
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